CUANDO MUCHOS DE nosotros escuchamos “Vendimia” inmediatamente pensamos en fiestas, eventos entre viñedos y diversión. ¿Y cómo no?, si estamos tan acostumbrados a ver juntas estas palabras: Fiestas de la Vendimia. Sin embargo, para aquellos que viven y se dedican a hacer vino, este término significa algo muy diferente.
Vendimia en español (vintage en inglés o vendange en francés), significa lo mismo en términos de la lengua: la cosecha de la uva. Para los viticultores es el inicio de la etapa de trabajo más intenso en el proceso de cultivar uva y convertirla en vino. Las bodegas reciben esa síntesis de condiciones diversas convertida en fruta que, bajo su cuidado, luego será vino.
Durante la vendimia las vinícolas cobran vida y se llenan de una intensa actividad que no aminorará hasta alrededor de finales de noviembre y que verá su conclusión cuando de las bodegas salgan las botellas que estén listas para llegar al consumidor final. Esto último puede suceder hasta un par de años después.
La vid, planta cuyo fruto es la uva, tiene dos ciclos. Uno es el ciclo de la vida de la planta misma: nace, se desarrolla y muere. Este ciclo puede durar muchísimos años. (Existen viñedos con plantas de más de 100 años.) El otro es el ciclo anual y se repite durante toda la vida de la planta. En términos generales en invierno la vid pierde las hojas y “duerme”; en primavera salen las hojas de nuevo y aparece el fruto; en verano éste madura y es vendimiado. Para finalizar, en otoño, se deshoja la planta y la historia vuelve a comenzar.
La vendimia es el resultado de todo lo que le sucedió al viñedo durante el año y en consecuencia, a la calidad de la fruta. Allí se verá reflejado tanto el clima al que se vio sometida la planta, como el trabajo de preparación del viñedo durante el ciclo. Las condiciones climatológicas son el factor principal por el que no siempre la fruta de un viñedo es igual, aunque su cuidado sí lo haya sido. Por esta esa razón los vinos de ciertas añadas son superiores a otros.
Las Fiestas de la Vendimia son la celebración anual de ese esperado momento en que por fin, después del año transcurrido, se lleva a cabo la cosecha y la uva se va a las bodegas para ser vinificada y convertida en el vino que beberemos en años venideros.
Cada botella de vino que llegue a nuestras manos en 2013 será el resumen líquido del trabajo que hombre y naturaleza realizaron juntos durante 12 meses en el viñedo primero y en la vinícola después. (Aunque también podemos recibir vinos de años anteriores que estuvieron guardados en bodega esperando el año ideal de liberación.) Cada característica de ese vino será también reflejo inequívoco y único de la labor conjunta.
Cada año una cosecha nueva y de cada nueva cosecha un vino distinto al anterior y al que vendrá después…
> Escrito por Yolanda Ribó, propietaria y asesora de La Ribó Tienda de Vinos | (686) 566-7914.
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