Todos queremos una mesa bien puesta en Navidad. Sigue estas recomendaciones para estar al 100% con el protocolo de servicio de vino.
A la hora de vestir formalmente la mesa para una cena, existen 4 copas básicas con que debes contar:
Copa de agua
Copa de vino tinto
Copa de vino blanco
Copa de vino espumoso
Copa de vino de postre
Las copas deben ser totalmente transparentes, para poder apreciar la calidad del vino. No deben tener tallaje, ni ser de cristal cortado, ni tener dibujos. Tampoco deben ser de color.
Se colocan de izquierda a derecha, en la parte superior de cada lugar de esta manera:
Primero la copa de agua, después la copa de vino tinto y después la de vino blanco y a la extrema derecha la copa de vino de postre. La copa de vino espumoso o Champagne (que debe ser de tipo flauta), se pone en segunda fila, detrás de las copas de agua y vino tinto.
En cuanto a su colocación en cada lugar, las copas pueden estar centradas con el plato, al frente de cada comensal de manera perpendicular, o ligeramente cargadas a la derecha.
La copa de licor para servir el digestivo (brandy, Cognac, Armagnac o cremas licorosas) no se coloca en la mesa hasta el momento de servir el café y/o los postres. La copa de vino de postre (vinos fortificados, vinos de cosecha tardía y similares), se sitúa a la derecha de la copa de vino blanco.
No es aconsejable poner más de cinco copas en la mesa, y es preferible retirar al inicio las que no se vayan a utilizar, siempre preguntando antes al comensal, si ya no la va a utilizar.
Escrito por Yolanda Ribó, Directora y Asesora Personal de La Ribó Tienda de Vinos.